teleSUR

miércoles, 29 de julio de 2009

Los niños de la urbe le ‘sacaron el jugo’ a su día


Ayer, los niños se divirtieron y le ‘sacaron el jugo’ a su día. Desde tempranas horas y a medida que el sol se iba posando en el centro de un cielo azul, los diversos sitios de recreación (los gratis y los comerciales) se iban llenando de chicos, y hasta que llegó el mediodía ya estaban inundados por sonrisas chillonas y carcajadas de payasos y ‘musicones’. El zoológico era un ‘hormiguero’ a eso de las 9:00. Para conseguir un boleto había que hacer una fila que doblaba la esquina y continuaba por el terce anillo. Dentro, algunos, como Jéssica, de nueve años, observaba cómo levantaban el tobogán gigante y otros hacían monerías junto a las jaulas de los macacos. Había también quienes chupaban sus caramelos mientras veían con asombro a los jucumaris (sólo los habían visto por la tele). “Mirá que grande es”, comentaba Marcelo, de 12 años, que dijo que había esperado que llegue el Día del Niño porque sus padres le habían prometido llevarlo al zoológico hace seis meses. En la plaza El Mechero, del Plan 3.000, 150 niños fueron convocados por miembros del denominado grupo Juventud Igualitaria, que organizaron una fila para repartirles refresco y galletas. Cuando ya estaban con la barriga llena, el payaso Rabanito, el perro Tony y un muñeco gigante de peluche les hicieron brincar y jugar en el centro de una plaza con árboles pequeños. También los muchachos del barrio San Isidro la pasaron de maravilla: jugaron fútbol, participaron de un concurso que consistía en recoger las bolsas de nailon (que son dañinas para el medio ambiente) y también pintaron un mural. Más para el centro de la ciudad, en las heladerías y hamburgueserías, los padres llegaban con sus niños y, antes de que les sirvan la comida o las golosinas, los pequeños eran tentados por los juegos, por unas animadoras que los hacían bailar en una tarima y por una señorita experta en hacer tatuajes coloridos. Alfredo, por ejemplo, se hizo dibujar un ‘superhéroe’ en su muñeca izquierda.La felicidad también estuvo disponible en otros lugares. En el Parque Urbano, por ejemplo, había niños y padres jugando sobre el pasto y almorzando comida preparada en casa. Además, la oferta de diversión fute variada y en algunos casos gratis, como la de los los columpios y los toboganes gigantes, en los que los niños se lanzaban sin miedo montados en cartones para salir expulsados y muertos de risa.
Más pudo la lucha por sobrevivir Para algunos niños, como Christian Cruz, ayer no fue un día de fiesta: se colocó su nariz roja de goma, agarró tres pelotas amarillas y esperó a que el semáforo de la avenida Cristo Redentor y tercer anillo se ponga en rojo para hacer sus malabares y así ganarse el pan de cada día. En la plaza 24 de Septiembre, media docena de niños dijo que no tiene tiempo para ir a buscar festejos gratuitos que tradicionalmente se dan en algunos barrios, porque el domingo es cuando más se venden las papas fritas y las pipocas que ellos ofrecen, con la canasta en los brazos y una sonrisa en la cara. En otras zonas de la ciudad se pudo ver a otros niños que pasaban su jornada como si se tratara de un día cualquiera.

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